Este ensayo abre una reflexión sobre la aldea, un singular tipo de poblamiento vinculado al manejo culto de la naturaleza, responsable histórico de la creación y conformación del campo, de los más importantes agroecosistemas y paisajes rurales, de las razas autóctonas y de las miles de variedades de interés agronómico que configuran la biodiversidad agraria.

 

La aldea es, actualmente, una «especie» de poblamiento en peligro de extinción y los efectos de su declive empiezan a ser percibidos en forma de riesgos ambientales, grandes incendios, desequilibrios ecológicos y pérdida de biodiversidad.

Por todo ello, necesitamos recuperar su funcionalidad a través del diseño y puesta en práctica de una nueva teoría económica contemporánea y, por tanto, actualizada; pero también adaptada a las peculiaridades que hicieron de la aldea el único tipo de poblamiento humano que entendió y supo cuidar de la naturaleza a través de una inteligente alianza local entre economía y ecología.