Área temática 2. La educación rural hoy desde la organización y la planificación del sistema educativo: iniciativa, creatividad social y cultura emprendedora.
Está en juego la responsabilidad del sistema educativo
A pesar de los distintos esfuerzos que se han hecho de desde los sucesivos cambios normativos-legislativos del sistema educativo español durante el periodo democrático, nula influencia están teniendo para frenar el despoblamiento.
Los escasos avances en cuarenta años de vida democrática de carácter organizativo y sociopedagógico rural con respecto a otros modelos de enseñanza de perfil urbano, no han conseguido ese objetivo. Probablemente todas las reformas legislativas se han venido sosteniendo y materializándose un enfoque generalista de los diseños curriculares, cualitativa y cuantitativamente de orden urbanocéntrico. Esto es, que se han construido desde la inercia común de la descontextualización sociocultural de la ruralidad, sin contar con la especificidad en la protección de la identidad territorial del medio; y de una perspectiva de desarraigo social y productivo a la comunidad rural originaria. Solo en lo concerniente a la Formación Profesional se han dado algunos pasos significativos.
El resultado de esto opera en el sentido de que el propio sistema educativo rural probablemente “sin intención” –en el bucle de esa inercia- está expulsando u orientando a los jóvenes estudiantes al desempeño de labores profesionales fuera de su territorio de procedencia. Hecho que se evidencia por nuestra parte sin ninguna intención peyorativa para los distintos actores implicados (comunidad familiar y educativa), sino de constatación de una desgraciada realidad: cada vez es menor la población joven que se afirma y se afinca en su comunidad rural a lo largo de la geografía española.
Imagen: Web Dadú creativo
A la que también contribuye de forma decisiva las escasas oportunidades de empleo que la sistémica socioeconómica y productiva del entorno ofrece, a pesar de las inversiones en diversas políticas de orden público y europeo que se llevan aplicando desde la década de los noventa. Se puede afirmar que este tipo de estrategias de desarrollo rural no han dado el éxito esperado, por no decir que han fracaso definitivamente. Haciéndose necesaria también una reflexión profunda desde todos los ámbitos implicados (administraciones públicas –estatal, regional, municipal), organizaciones educativas –públicas y privadas-, y organizaciones sindicales, empresariales y sociales).
Mantener a la población rural en su territorio es garantía de biodiversidad humana, natural y cultural (poblacional, agraria, paisajística, económica, cultural, identitaria, calidad alimentaria, energética…). Cualidad sustancial para el cuidado de la vida y el territorio, instinto básico para la vida. La educación rural no puede permanecer al margen y ha de comprometerse de llenos en estos ámbitos.