Área temática 3. Una óptica rural en los diseños curriculares y para formación del profesorado para una nueva educación rural con consciencia local/global.
Creemos que es necesario introducir una nueva visión crítica en el sistema educativo español que valide y tenga en cuenta el fenómeno de la ruralidad, para una reescritura social acorde con la realidad contemporánea mediatizada por la amenaza de la supervivencia de la especie: aumento exponencial del cambio climático.
Desde la ciencia agroecológica se evidencia que una gestión eficiente de los recursos naturales por las poblaciones locales puede contribuir a su freno. La necesidad urgente de repoblamiento es un fenómeno óptimo y beneficioso para el desarrollo sostenible, siempre y cuando se enraíce un desarrollo rural que parta de sus bases agro-Culturales, recreándose lógicamente también hacia otros sectores socioproductivos que crean en la economía circular. Un progresivo reequilibrio territorial que ha de acompañarse de unas políticas socioeconómicas y educativas comprometidas con un nuevo marco de relaciones campo-ciudad, aumentaría la confianza del ser humano en un futuro posible y con mayores cotas de seguridad, cuando no de felicidad.
Foto Y. Arthus Bertrand
Cambio de mirada que tiene como principal enfoque el obligado reflejo legislativo y cultural dentro marco general del sistema educativo (también en su ámbito no formal, incidental, expandido y de ecologías de aprendizaje y conocimiento). Orientándose prioritariamente a la población que está en proceso de formación, desarrollo y autonomía personal a lo largo de toda su vida (educación permanente). Teniendo en cuenta el aprendizaje de nuevos conocimientos sobre lo poliédrico de la realidad y desde el desarrollo del pensamiento creativo y crítico.
Lo que se debiera reflexionar colectivamente es que, sí en occidente se le ha dado progresivamente la espalda a la cultura campesino-rural desde el fenómeno de la emigración de la Revolución Industrial (que se acelera en los años 60-70 en nuestra país), quizá hay que replantear un giro de ciento ochenta grados desde la óptica multidimensional que pudiera abordarse con el complemento de nuevas visiones: antropológica, histórica, político-económica, epistemológica, socioeducativa, estadística, biocéntrica, artística … En un fiel deseo de que esta nueva mirada pueda contribuir en algo a la reconciliación con nuestros orígenes sociales, y descentralizándose cualitativamente de la cultura hegemónica urbana que nos conduce inevitablemente al colapso ecológico.
El contexto rural por su propia idiosincrasia de resistencia social antes las adversidades (relaciones humanas de cooperación, aislamiento geográfico, autogestión alimentaria), afronta con mayor garantía un proceso de supervivencia social de cualquier índole. De ahí la necesidad de una relectura de la historia y la importancia de la existencia de la cultura campesino-rural, como salvaguarda cultural para una nueva concienciación ciudadana sobre la cultura alimentaria y la relación equilibrada con los recursos naturales.
La ruralidad ha de replantearse con un nicho ecológico educacional humanamente imprescindible, integrándose como una “óptica transversal” en los diseños curriculares del sistema educativo español – y con especificidad en la educación rural-. Desde el ámbito de una nueva pedagogía que afronte una estrategia integral para la sensibilización en materia de lucha contra el cambio climático y el Reto Demográfico, donde lo rural se ha de situar no solo como un problema de Estado, sino global.